El Gigante cambia de imagen

Una de las cosas que más echo de menos de cuando vivía en el centro es salir a desayunar en la Alameda. Levantarte tempranito en un día como este, en el que el sol nos anuncia que la primavera ya está cerca y sentarte en una de sus cafeterías a desayunar como una reina mientras te lees el periódico o una revista. Una cosa tan sencilla como esta es uno de los grandes placeres de la vida.

Si vosotros vivís por allí o no os da pereza acercaros para disfrutar de uno de estos desayunos (o meriendas o sobremesas o lo que queráis), hoy toca hablar de uno de esos cafés con encanto en los que se te pueden ir las horas entre café y café.

Me refiero a Gigante Bar. La atención es muy cordial y los chicos son simpáticos. Ah! También en la calle tienen mesitas donde te puedes sentar y contemplar el ambiente de la Alameda ?

Me encanta este local. Ubicado a pocos metros de la calle Trajano, acaba de renovar completamente su imagen y decoración.

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